Corría el año 1998, las tarifa plana de Internet de "Eresmas" acababa de llegar a casa de mis padres y para mí se abría un nuevo mundo a la hora de distribuir los pequeños videojuegos freeware que realizaba junto a mis compañeros de DevilishGames y que hasta ese momento solamente distribuíamos en diskette entre nuestros compañeros de clase. Pasaron los primeros meses con Internet en casa y pronto "programé" una web con Dreamweaver (Con frames, gif animados, contador de visitas y marquesinas. ¡Claro que si!), En dicha web colgaba los juegos freeware de DevilishGames y conseguía cientos de descargas... hasta que por el año 2000 conocí una web llamada Softonic, que no era ni más ni menos que un maravilloso lugar donde los desarrolladores podían subir sus juegos para que miles de usuarios los descargasen, puntuasen y comentasen. No os podéis imaginar la cara que se me quedó cuando uno de mis videojuegos amateurs protagonizado por un espermatozoide mutante consiguió más de 30.000 descargas. ¡Softonic molaba! y durante muchos años fue la mejor forma que teníamos los desarrolladores para llegar a miles de personas con nuestras creaciones.
Pasaron los años y en 2004 los DevilishGames comenzamos a buscar un modelo de negocio para ganar dinero con nuestros juegos y por fin profesionalizarnos. La verdad es que publicar juegos descargables en Softonic estaba bien para ganar popularidad, pero no había ninguna forma de rentabilizarlos más allá del modelo shareware (que en aquella época no funcionaba nada bien en España). Poco a poco Softonic comenzó a incluir más y más publicidad en su web, también comenzó a ofrecer "descargas premium" a través de SMS y sus beneficios crecían sin parar mientras los desarrolladores de videojuegos descargables para PC no obteníamos nada a cambio y decidíamos abandonar dicha plataforma para trabajar en otras más rentables por aquél entonces como los juegos Flash o los juegos para móviles.
Son muchas las críticas que recibió ayer Softonic a raíz del anuncio de ERE. Las principales son las de basar su éxito en algo tan volátil como las búsquedas de Google, incluir un montón de adware en su instalador de descargas o aprovecharse de los usuarios novatos para ganar dinero. Además de todo eso, yo quiero lanzar una crítica más: No cuidar a los desarrolladores.
Si tu modelo de negocio se basa en ganar dinero a costa de los programas desarrollados por otras personas, lo mínimo que puedes hacer es compartir tus beneficios y ofrecer a los desarrolladores las herramientas necesarias para que quieran seguir alimentando tu plataforma con aplicaciones de calidad. Eso es algo que nunca hizo Softonic y que sí han hecho otras plataformas de éxito como Steam, Google Play o App Store. Plataformas que ahora están en auge mientras Softonic se desmorona poco a poco.
Han pasado casi 8 años desde la última vez que utilicé Softonic como desarrollador y como usuario, aún así, la noticia del ERE de ayer me entristeció bastante. Evidentemente me entristeció por las 200 personas que posiblemente se quedarán en la calle, pero también por el recuerdo nostálgico de lo que Softonic llegó a ser para los desarrolladores amateur/indie entre 1999 y 2004 y por lo que podría haber llegado a ser con una gestión más orientada a cuidar a los usuarios y desarrolladores. ¡Una pena!